miércoles, 18 de abril de 2012

Un mañana mejor III

DIA 7

La pacífica convivencia ejercía un efecto balsámico sobre mí. Emplear el día en rascarme la oreja con ayuda de mis cuartos traseros era un magnífico ejercicio a nivel mental y físico. Un irresistible desafío. Pese a que algunos de mis anfitriones se jactaban de sus habilidades atléticas obsequiándose con generosos lametazos en sus partes genitales logre mantener la sangre fría y no entrar en provocaciones. El haberles mostrado la verdadera utilidad del dedo prensil podría haber enrarecido una cumbre como aquella en la que me hallaba…Además de elevar un punto más el tono de este relato en principio concebido como juvenil.

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