DIA 10
La noche luminosa había dejado paso al día sin oscuridad. Ya no podría ampararme en las sombras luminosas para ocultarme. Y sabía que era cuestión de tiempo que descubriesen mi triquiñuela. No obstante decidí dedicarme unos momentos de recreación. Mi artimaña había sido de una astucia sin igual. No volverían a subestimarme. Ya sabían de qué pasta estaba hecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario