Todos, en un momento u otro, nos hemos visto metidos en medio de una refriega sin pretenderlo y, cómo no, casi siempre un descerebrado se encuentra detrás de esa lamentable melé.
Lo interesante resultan ser los motivos, cuando el que se cree el gallo del corral sale con ganas de demostrar su hombría mediante sistemáticas palizas poco se puede hacer para convencerle de lo contrario. Es sumamente recomendable no utilizar palabras que él pueda hilar fácilmente para proceder (- Tío, me has empujado. - Lo siento, he tropezado. No te había visto. - ¿Ah sí? Pues ahora vas a ver la hondonada de ostias que te meto pa'l cuerpo). Igualmente recomendable es no utilizar palabras cuyo significado desconozca
¿Cómo pelearse con alguien lo suficientemente desquiciado como para hacer algo más que la táctica del ovillo? Hay que recordar que buscan resultados para que generaciones posteriores ensalcen sus épicas batallas. Alguien que diga - Me daréis la del pulpo pero a ti (señalando al cabecilla) te voy a trabajar el lomo hasta que me canse, resulta una potencial amenaza para su integridad física. Y precisamente esa superioridad numérica esta fuertemente meditada para proporcionar castigos a cuerpos ajenos sin perjuicio del propio. ya que en su enajenación pensara que tu intención es humillarle. Estaba absorto, estabas fuera de mi ángulo visual, perdona u hola son ejemplos claros de palabras de difícil comprensión para el matón de turno que concluirán con el inevitable -¿Te estás quedando conmigo? o -¿Me estas vacilando? formulado de forma retórica ya que cualquier contestación lleva inexorablemente al mismo resultado.
Esto nos deja con las siguientes preguntas: ¿Cómo evitar una pelea en clara inferioridad? ¿Qué objetos de los que habitualmente pueblan nuestros bolsillos se pueden utilizar como arma? y ¿Cómo puedo levantarle la novia al matón que me amenaza?. Muy fácil. Esa sería la dificultad en mantener relaciones con la jenny de turno pero no el tema principal que hoy nos ocupa.
Punto número uno: Hacer como si estuvieses loco (si eres habitual de este blog solo tienes que ser tu mismo)
Punto número dos: No intentes clavarle el bono del autobús dado que se necesita una pericia digna de "Bear Grill" para provocarle esos daños irreparables que tanto ansias. Tampoco intentes golpearle en la cabeza con tu llavero abre-cervezas de Hello Kitty... ¿Acaso intentarías golpearle en las branquias u otro órgano inexistente o atrofiado?
Las llaves de casa pueden ser un elemento disuasorio si las blandes con convicción y un elemento de seducción definitivo si las agitas delante de la jenny del matoncete. Ella intentará atraparlas mediante ridículos saltos por lo que puedes repetir la operación hasta llevarla a un lugar apartado. Una vez allí responderá a aquello para lo que ha sido programada. Por otro lado recientes estudios demuestran que los objetos brillantes atrapan su atención como si de una trucha o un mule se tratase.
Si todo esto falla (créeme fallara) sólo te queda por seguir la regla de supervivencia número uno en Zombieland(si les ves en una discoteca a las 5 de la mañana comprenderás el paralelismo): Cardio. Echa a correr. Pero con la cabeza alta para que se vea que te queda dignidad (¡Que tenga que volver a recordarte que no tienes!).
Como consejo final recordad amiguetes, los matones son como las mujeres que os gustan: Tienen más miedo de vosotros que vosotros de ellas.
Digamos que lo último no me ha quedado claro... Estás diciendo que las mujeres tienen "miedo"?
ResponderEliminarLo siento, habría que contextualizarlo. Esa frase viene de cuando un amigo se atrevió a hablar por fin con su amor platónico, después de unos minutos de balbuceos y frases incoherentes la pobre mujer debió de pensar que estaba loco (Lo cual era en parte verdad, pero que menos que tarde un par de días en darse cuenta). Si yo no lo hubiese conocido también le habría tenido miedo. Espero haber podido aclararlo bien.
ResponderEliminarSaludos.
Ah, ok! claro sin saber el contexto, me perdí!!! Gracias por aclararlo!
ResponderEliminar:D
Un saludo!!!