Ciudadano
anónimo,
abandona
esta ingrata tierra
ahogado
en el fondo de una botella.
¿Acaso
no lo deseas?
Los
cinco jinetes están
en
plena carrera loca.
La
misma canción
suena
mil veces
en tu
cabeza.
Desde
el cementerio
el
enterrador canta tu canción
¿Acaso
no la recuerdas?
La chica
que silba bajo tu balcón
¿Acaso
no la deseas?
Un
perverso anciano
te
asesinará en tu habitación.
Tienes
ganas de gritar
pero
algo te lo impide.
Soy la
tierra que pisas,
la
gente que mataste,
el
hombre anónimo.
El
hombre del desierto
apagará
tu volcán,
sabes
que lo hará.
Acabará
con tu angustia,
con él
terminará tu ocaso,
vuelve
al amanecer.
Vuelve
solo y trae el hacha,
saldremos
a divertirnos.
Soy la
tierra
que un
día abandonaste,
tu mal
sueño de las noches de verano.
Soy la
gente que asesinaste,
el
hombre anónimo.
Pues vale, dejaré de abrazar la urología, jaja Muy interesante este poema..
ResponderEliminarGracias Alfmega y recuerda que en la proctologia tampoco te encontraras a ti mismo.
ResponderEliminarSaludos.