domingo, 19 de enero de 2014

Nunca es temporal

Haced callar a los perros,
suenan ya las campanas a lo lejos.
Ella era mi música,
ella me tiene a mí
y yo no tengo a nadie,
su corazón es tan duro
que sólo las piedras
la comprenden.
Como un caballo desbocado
corriendo hacia la muerte
crece el árbol en el desierto.
Un fruto por cada rama,
diez ramas para cada fruta,
dorados están
balanceándose sobre hilos de oro y seda.
Perversas estrellas guían al viajero por el desierto
en su falso viaje a ninguna parte,
viajando a iluminadas sombras
donde los mendigos
son devorados por carneros blancos.
Con mis alas de ángel
escapare de esta prisión.
Desnudos y solos nos acercamos a la luz.

2 comentarios:

  1. Porqué me ha venido a la mente una gárgola?

    Supongo que es lo que tiene estar loca! jejejej que te vienen cosas a la cabeza sin motivo!

    Un abrazo Manuel!

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  2. A lo de la gárgola no se que decirte. Respecto a lo otro y lo aplico también para mi, que aburrido debe ser estar cuerdo.

    Abrazos Rosa.

    ResponderEliminar

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