martes, 11 de junio de 2013

Chateando con las chatis. La trama se complica. 2ªPARTE

Había que lograr que la foto de cuerpo entero fuese un reclamo, un reto de enorme envergadura. Debajo de su camiseta negra y con abundantes agujeros y jirones se adivinaban los huesos claviculares sobresaliendo y unas ‘teturrias’ blancuzcas para nada favorecedoras. El siempre se había quejado de los adictos al gimnasio (ahora es uno de ellos aunque sin resultados aparentes) y de su supuesta facilidad para llamar la atención de las féminas. Sin embargo, había que convertirlo en uno de ellos.


Primera prueba: Todas sus camisetas una encima de otras y con un jersey encima para disimular nuestro montaje. No estaba del todo contento con su volumen y definición (¡Joder con el vigoréxico!)

Segundo intento: Calcetines enrollados en lugares estratégicos de los brazos y pechos para simular hipertrofia muscular. Resultado muy poco natural.


Tercer intento: Sujetadores (no preguntéis de quien eran por favor. Solo decir que este intento fue realizado en su casa) sobre el hombro y otro cruzado sobre el pecho con unas camisas dobladas sobre él. Fotografía a escondidas mientras lo hacía para tener un chantaje de por vida. Canutos de papel higiénico pegados con cinta de carrocero sobre el abdomen para un six pack de portada. Asimismo camisas sobre los brazos para efecto volumen. Un jersey sobre el invento y ya teníamos material para empezar a trabajar.

“No sé cómo me convences para esto” fue una de sus frases más repetidas. Máxime cuando le convencí para un montaje más ambicioso todavía. La guinda del pastel y…Si, justo lo que estáis pensando:

“Necesitamos algo más que te diferencie de los demás. Algo que llame la atención a primera vista, algo que haga que intenten hablar contigo y coger la suficiente confianza como para preguntar por ello. No se trata solo de una foto más, estoy intentando crear imagen de marca con esto. ¿Acaso Martin Luther King no contó su sueño? ¿No peleó por conseguirlo? ¿Darwin se rindió cuando se reían de sus teorías? Éste es el factor que buscábamos. Deja de poner en duda las certezas y colócate de una puta vez el bote de desodorante en los pantalones”
Pac…digo…el “Castigador” bajó la mirada al bote una sola vez. Rexona 250 ml. ‘Intense’ si no me equivoco. Lo introdujo en la pernera izquierda. Me miró. Asintió. Estaba listo. Y como suele ocurrir en las películas el flash de la foto nos lleva varios meses hacia delante y hacia una escena o situación que no comprendemos hasta que poco después la contextualizan (en este caso otro día ya que hasta vuestro mesías necesita de descanso).

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