Quise tocar las ardientes alas de lo que me
pertenece,
tañer el saxo
y pensar en el fin
para volver a sentirme vivo.
Quise escapar al mundo,
tener una dulce muerte
antes que una triste vida.
¿Quién engañará por mí a la mente universal?
¿Quién tocara nota a nota
el dulce sinsabor de la existencia?
Olvidaran que de cuna a tumba
hay del día a la noche
y que en el límite
no hay luces, sombras, vida y muerte.
Girando como una veleta
inventó y olvidó realidades.
Silencioso como un cementerio
borró olvidos y sueños.
No pidas cuentas
a quien vive en el abismo.
De cuna a tumba, hay una copita, al menos, no? :)
ResponderEliminarUn abrazo Manuel!
Como mínimo Rosa ;)
ResponderEliminarSaludos.